top of page
Buscar

Querido hermano:

  • Foto del escritor: Priscila Vallone
    Priscila Vallone
  • 14 ago 2018
  • 2 Min. de lectura

Pensé que te extrañaba menos. Porque ya no lloro cuando entro a tu pieza. Porque ya no necesito ir al cementerio. Porque recibo con cariño que me cuenten qué hacías, cómo lo hacías. Ayer vino tu amigo. Estuvimos tomando mates los cuatro. Está altísimo, como todos tus amigos, que están altísimos, enormes, hermosos, vitales. La mayoría estudiando, viviendo solos y en otros lados, haciendo cosas, muchas cosas. Ayer te extrañé muchísimo, como antes, no te voy a mentir. A veces te extraño tanto que me desarmo y después cuando me vuelvo a acomodar no pongo todo bien de vuelta en su lugar. Quedo incómoda, torcida, con espacios vacíos y otros rearmados a presión. Quiero seguir creyendo que hay una vida paralela en la que vos haces todo lo que ellos. En la que venimos juntos a Río Grande. A veces me dan ganas de pensar que hay una vida en la que estoy sentada en el sillón y estás al lado mío cuando me dan ganas de tirarme encima tuyo. Que a mi me toca ésta, pero que hay otra en la que todavía estamos juntos y en la que no me doy cuenta, en la que nunca podría pensar en que no estés. Estos días son difíciles. Nos remarcan todas las ausencias juntas. Ésta vez me cuesta por dos, porque ésta vez nuestra otra hermana también perdió un montón de amor de repente. Yo siento que quisiera darle lo que no tengo para llenar un poquito ese espacio, pero que lo único que realmente podemos es hermanarnos en la falta. En el amor y en la falta. A veces el amor y el dolor son tan fuertes y difíciles de discernir que todo quema adentro y nada más. Se vuelve fuego. Se expande. Hasta que te dejas de doler un segundo y te das cuenta de cuánto te ilumina al rededor. Cuando después del ardor queda la luz, cuando el amor es para siempre más fuerte que cualquier incendio, que extrañarte, que cualquier otra cosa. Es difícil contar años cuando son siempre uno más de que no estés. Pero todo mi amor por vos es mi faro en cada caos, en cada búsqueda, en cada vez que vuelvo a caer. Por eso sigo aprendiendo a desandarlos, a pensar que el tiempo es un círculo, que irremediablemente hay un reencuentro, que cada año que pasa es uno más que aprendo a amar, a trascender la falta, a encontrarme en este tiempo y esta vida, a ocupar este cuerpo y habitar este mirar, este andar, esta forma de quererme, de no quererme, de criticarme, perdonarme, de darme espacio, de aprender a ser.

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo
¿Siete años, ya?

A veces no necesitas más que un soplo fuerte de viento para acordarte de repente de algún día en el que jugabas con él en la vereda y el...

 
 
 
Almendra

(A veces el día se pone difícil. Sabes que va a ser difícil cuando todavía no abriste los ojos y ya te molesta estar despierto otra vez....

 
 
 

Komentarze


  • facebook
bottom of page