Replegar el cuerpo sobre sí
y respirar externamente
la sangre serena espiralandose
alrededor de los surcos tangibles o abstractos
que coagulan la existencia / todo el silencio nevando tenue la superficie dérmica/
y el adentro
queriendo teñirse
de azúl
o de blanco
en tanto el humo
avanza por la espalda
y dejar dar forma a toda sombra
impresa que se alarga.
Amanecer el cuerpo sobre sí
sin saber palpar las huellas
deslizándose apenas
sobre las suturas
de la tristeza sobre la superficie
y a cada respiro
u n p o r o q u e s e a b r e
y se extiende
y se divide
se rompe
de no poder
todo el frío penetrando /entre los cráteres de una isla que se mueve de sus lugares/
y se descoloca en virtud
de posicionarse donde parezca
al menos posible
anidar
la vida leve
anidar
la vida
leve
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