Huir hacia donde la sangre no corre. Cuando el cielo es dorado nuestra piel también parece otro lenguaje. Uno cuyo tiempo es una levitación de la palabra Y hablar es hacer oro con el pensamiento abierto. Diseccionado. De par en par donde hay luna fértil y universo aguado. Lo líquido del cosmos espiralando la incertidumbre del sentido en el cráneo. Hilos entre los poros cociendo sol y lengua para evaporar una existencia. Huir hacia donde los ojos no tiemblan. Hacia donde no podemos ser nosotros otros. Nosotros uno o un no-nosotros.Tampoco estos/ni aquí ni ahora/o donde lo dicho es aún potencia: Una próxima vida breve: El lenguaje de lo nulo o de todo lo que huye hacia donde la sangre no corre
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Priscila Vallone
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