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Tener un sueño dentro de otro. Tener siete sueños, uno dentro de otro. Convivir con una familia china en una casa precaria con muchos hermanos y padres en crisis. Recibir las palabras de una entidad espiritual hecha humo. Recordar sueño por sueño, cada uno como una vida aparte. Soñar con la persona muerta. Soñar que te recibe y te explica la carcasa del sueño para que entiendas mejor otras realidades. Soñar con quien está mueriendo y te dice a dónde ir. A quién hablar. Sentir que se vuelve al cuerpo, lentamente, sentir el calor desde el centro llegando a la punta de los dedos. Soñar en otro tiempo. Soñar la densidad. Soñar en otro plano en el que llegan mensajes que al despertar, te salvan. Sentir un despegue del cuerpo y una tracción hacia atrás: poder ver casi en 360°, una visión multiplicada, llegar a las esquinas de la habitación flotando y de repente ser arrastrado hacia el cuerpo de vuelta y despertar cansado y agitado. Soñar que se puede decidir y dentro del sueño, crear. Paralizar el sueño, varias veces por vez. Ahogarse, petrificarse, escuchar voces, aprender a gritar. Soñar la pluralidad de momentos sucediendose al instante. Soñar los límites del tiempo, uno de cuatro lados, y otros superpuestos en vertical dejando entrever otras puntas. Soñarse en un plano por sobre desde el que se mira hacia abajo y uno se puede ver, durmiendo. Soñar que la piel ya no es piel y uno es energía que se ve difusa, borrosa, estirada entre las líneas del espacio intangible. Soñar que alguien explica lo que sucede. Despertar desorbitado y tener una sensación de entender algo que acaba de ser olvidado.